domingo, 17 de junio de 2012


Ya no quiero sentir esto.
a veces me pasa, y hoy se encuentra aquí. Algunas otras veces parece ser que camino de día y los vientos me acarician, el universo me protege, el sol me bendice.

Hoy no es uno de esos días, este sentimiento vuelve a aparecer y el camino se vuelve de espinas, tormentos interminables, una idea que me persigue y me encierra con enojo. Ya no lo quiero sentir.

Eso se hizo con eterna y ciega fe.
Pero en el mismo instante en que se logró, esa bendición me abandonó.
Un gran dolor sentí en todo mi ser, toda esa noche no pude dormir.
Queriendo llorar, ahogándome ese sentimiento de dolor.

Y en un pasto verde con las aguas corriendo entre mis lagrimas,
molesto blasfemé.
Lance maldiciones contra Dios, creyendo que ese era mi día, mi hora, mi momento en que volvía el amor.
Y que no se dio.

Nade por días entre interminables mares de lágrimas,
perdido, solitario, entre pantanos de dolor y arrepentimiento.
Sin nada que recordar.

Muerto en vida, en una vida de dolor.
Hasta que algo pasó.
Leyendo frases interminables de ayuda celestial,
envuelto estaba yo en un complot universal.

Empece a recordar, y mi mente se disipó,

Alma que soy hablandole a este cuerpo
diciendole eso que ya sabía,
dulce sonrisa en la oscuridad.

Sagradas voces,
de arboles los mensajes comprobaron,
mi mente se calmo al escuchar esta promesa de mi alma.

Pasados los tiempos, aquí estoy a la distancia, sintiendo eso y volviendo.
Siento tanto que no se como expresarlo.
Quiero pararme y cantar, gritar lleno de emoción.
Cantarle a la vida con brío y pasión.

En este momento busco palabras milenarias que brillen del montón.
Y aunque no se en donde termina, quiero eternamente continuar...


Serge Anton


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