jueves, 7 de junio de 2012

Gracias


Varias llamadas de teléfono sin contestar y ya se me hacia extraño, pasó el lunes, igual el martes, ya sumaban alrededor de unas siete llamadas y seguía mandando a buzón. Por mi mente pasó esa idea, pero quise rechazarla esperando que no fuese así. Hoy Miércoles, antes de dirigirme a mi oficina decidí pasar por ahí para ver que ocurría.

Llegué y timbré, no se escuchaba nada, primer señal que no me agradaba del todo. Intente otra vez y lo mismo. Timbré ahora con su vecina, tampoco se escuchaba nada, entonces tomé unas pequeñas piedras del piso y con cuidado las lance a la ventana. Nadie respondía. Ahora si por mi mente no salia otra frase más que la de: ¿esta muerto?

Cruce la calle y me acerque a la tienda de abarrotes, recordé que él siempre decía que iba a platicar con ellos. Le pregunte al encargado: Oiga y Andres, ¿sabe que pasó con él? - Yo ya suponía que le había pasado algo.
El encargado de la tienda me responde: Andres! uhm, ya murió.

Por un momento el tiempo se detuvo, mi estomago me dolió un poco, sentí como un vació recorría todo mi cuerpo. Recordé su rostro y su voz; pensé, ya nunca lo voy a volver a ver.

Oh, a poco, ¿hace cuanto fue? - Estaba impactado, pero quería disimular.
Hace como dos o tres semanas. -  Me responde el encargado. - Si, verdad vieja -
¡¿Que?! - dice la aparente esposa.
La muerte de Andres - responde el encargado
Si como dos o tres semanas. -  vuelve a responder la esposa.
Oh, bueno, gracias. - Me despido.

Congelado, aturdido, queriendo gritar, pensando en todas las veces que había ido a charlar. Me senté un momento enfrente de su departamento, y lo primero que dije fue: Gracias.

Son tantas cosas las que uno piensa y al mismo tiempo siente cuando sabes que alguna persona ha muerto, y cuando esa persona, no era especialmente tu amigo, por el trato profesional, pero que yo en mi más sincero sentimiento lo consideraba así. Una persona que tenía ganas de volver a ver, con la que quería platicar y filosofar un poco acerca de la vida, de Dios, de lo supernatural, del mundo de lo sagrado, de política, economía, sociedad, religión y psicología.

Una persona que, más que platicar, me ayudo de una manera única, cuando yo más lo necesite, él  fue el único que estuvo ahí, cuando yo escondía mis llantos y complejidades, el estaba ahí para soportarlo, para eso estaba, sirviéndome de guía, dándome consejos y siendo sincero y paciente en varios momentos complicados de sobrellevarlos solo.

Sinceramente lloré, si lo hice, ese vacío que sientes, queriendo gritar y decir algo sabio y épico y no sabes que hacer y más aún cuando esta muerte no la puedes comentar con nadie, ninguna de mis personas cercanas lo conoció, y así, solo, me quede sentado en la banqueta, con mi bici tirada, en estado de shock, como cualquier muerte inesperada te deja, recordando lo elemental que ha sido para mí su aportación, el como la vida me acerco a esta persona, únicamente para que me ayudara en esta compleja etapa que he atravesado.

Se siente extraño, todavía no lo asimilo del todo, durante el transcurso del día he sentido constante ese vacío, y recordar que las últimas dos semanas al pasar por la esquina de su casa, me preguntaba ¿como estará? y andando en bici y continuando mi trayecto volteaba la vista para ver la ventana de su casa. Nunca hacía eso, solo lo hice las ultimas semanas en las que él ya estaba muerto y en las que aún, yo no lo sabía.

Quisiera haber escrito un texto más emotivo y poético, pero es lo que es. Decir algo el día que me entero que ya tenía muchos días de haber dejado este mundo. La última vez que lo vi, fue en Febrero, a finales; la última vez que escuche su voz, fue a finales de Abril, se que en persona más de alguna vez le dije, Gracias.

Eternamente agradecido de tu ayuda.
Gracias Vida por haberme cruzado en el camino de esta persona.
Gracias Andres.



No hay comentarios:

Publicar un comentario