sábado, 24 de marzo de 2012






Cuenta la leyenda que amó la princesa blanca al príncipe indio con infinito amor.

Su padre, viejo severo, de la hija rebelde formó la montaña. 

Y las lagrimas del amante corrieron inagotables ante la nítida cumbre que por siempre guardaría el alma de la princesa.



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